Señora
Esquizofrenia:
Un
día, caminando por los senderos de la luz, me topé con la madre de toda locura,
con mi Señora Esquizofrenia... /Era ella muy bella. Cuando comenzamos a hablar
no tardé en darme cuenta que esta preciosa mujer era mi tablita de salvación /
De repente... ella tenía el poder de elevarse hasta las más encumbradas
alturas, cuando entonces caía en el más profundo infierno de sufrimiento, todo
en medio de un gran manantial de cariño infantil y eróticamente femenino
/ Entonces yo le dije: Tú serás mi Señora para
siempre, porque eres una mujer sin igual, porque desafías a la ciencia que
trata de encarcelarte, pero no puede, porque desafías al Dios que te creó
y éste no te guarda mala fe, pues te entiende, porque posees los genes del
hombre para liberarle por medio de la locura. / Continué hablando días y días
con mi Señora, y me impresionaba de lo inteligente que ella era, aunque a
veces, de cuando en cuando, caía en arrebatos de tristeza y yo le decía: “...No
te preocupes Señora mía, Señora Esquizofrenia que yo te voy a cuidar mucho,
hasta que los dos nos convirtamos en seres alados y nos vayamos al cielo junto
al Dios que nos creó...”/ Y entonces ella lloraba mucho, porque en realidad no
quería hacerme daño, pero no podía evitarlo. Y nos uníamos y compartíamos
nuestros sufrimientos, entrelazábamos nuestras manos, para estar juntos para
siempre, junto al Dios que nos creó... como inocentes seres alados que ya no
conocían el sufrimiento, y el infierno era ya como una letanía eterna pero
imposible para nosotros dos, que ya, para ese entonces, vivíamos felices por
siempre... Conocimos la salvación por medio de la esquizofrenia. Y la besaba…
la besaba… la besaba sin parar…
Simplemente Esquizofrenia...