SECTAS y Trastornos Mentales…
La experiencia sectaria determina la
aparición de distintos trastornos mentales descritos por distintos
profesionales de la salud mental, desde los inicios de la identificación del
fenómeno sectario. Las sectas destructivas son grupos generadores de trastornos
de la personalidad.
Se producen alteraciones psicopatológicas como consecuencia
del sometimiento a las 'Técnicas de Persuasión Coercitiva' por un término
prolongado de tiempo. Existe evidencia empírica que demuestra el efecto que
produce la aplicación de las técnicas de persuasión coercitiva en la conducta
de los individuos. Las técnicas de persuasión
coercitiva que utiliza el líder sectario cumplen la finalidad de
sugestionarles y controlarles mentalmente. El líder utiliza técnicas persuasivas, de
condicionamiento clásico, asociando ideas, creencias y analogías, unas ciertas
con otras irreales para llevarles a concluir falsas creencias; reforzadas por
la inducción intencional de miedos y 'delirios'. Por medio de
creencias fantásticas el líder induce en sus adeptos su objetivo: ‘reacciones
específicas según su conveniencia’; o sea, que produce en ellos una visión del
mundo completamente alterada y fabricada. Los adeptos defenderán
sus creencias e interpretación de la realidad como únicas y
absolutas; descartando totalmente cualquier argumento o posibilidad
contraria a la de elllos. No comprenderán argumentos e inclusive
rechazan cualquier prueba existente en sentido contrario; puesto que
hacerlo resulta ser para ellos doloroso; les hace sentir inseguros y culpables.
Las sectas más peligrosas, las
destructivas de la personalidad, mantienen a sus adeptos sumergidos constantemente
en una batalla mental interna en contra de la razón. Para modificar la conducta
de los adeptos, el líder utiliza la 'desensibilización sistemática' hacia el
dolor, el sacrificio, pudor y moral, asociando tales estímulos con actividades
altamente emotivas, euforia ante la victoria y éxito de la secta en sus
encomiendas y/o con ambientes místicos, música sacra, velas y penumbra,
oraciones, representaciones de sabiduría y/o divinidad. Igualmente se vale
también de la imaginación emotiva, valiéndose de historias, moralejas
manipuladas y meditaciones para inducir creencias y sentimientos, anécdotas de
conversiones, milagros y contactos con espíritus o divinidades. Otra
técnica persuasiva de la cual se vale es la del aprendizaje por imitación. Técnicas coercitivas son las que persiguen la modificación de
conducta de los adeptos por medio de diversos métodos tales como el castigo, la
enajenación, actividades y ejercicios obligatorios, terror, miedo y vivencias
irreales de enfrentamientos ante el mundo enemigo que induzcan desconfianza y/o
desprecio, hipnosis y meditaciones para inducir trances extáticos (percepción
alterada y disminuye la sensibilidad y movilidad corporal; disociación mental
con las sensaciones corporales; éxtasis) o alucinatorios e induciendo
intencionales sentimientos de culpa.
Existe una
vía diagnóstica reconocida donde se han especificado una serie de trastornos de
personalidad que desarrollan las personas que pasan por una experiencia
“sectaria”.
Las personas
que desarrollan estos trastornos no son por lo general personas con patologías
previo a su incorporación al grupo sectario. La Asociación Americana de
Psiquiatría reconoce los trastornos de personalidad que suelen desarrollar las
personas que han estado expuestas a las técnicas de persuasión coercitiva por
un período prolongado de tiempo. Los trastornos que se desarrollan como
consecuencia de la estancia y pertenencia a estos grupos totalitarios o sectas
se han clasificado según el Síndrome
de Adoctrinamiento Sectario (el cual incluye como otro de sus
síntomas, la reacción psíquica que se manifiesta en rehenes atrapados bajo el
control de un secuestrador y recibe el nombre de Síndrome
de Estocolmo, acuñado
por el criminólogo y psicólogo Nils Bejerot, colaborador de la policía durante
un secuestro; la misma reacción se manifiesta en adeptos sometidos bajo
intimidación y atrapados mentalmente, bajo el control de un líder sectario) y
el Síndrome
Post-Sectario.
Estos
síndromes incluyen una serie de Trastornos de Personalidad que están
reconocidos y clasificados dentro del (Manual Diagnóstico y Estadístico de
Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría). Trastornos a
los que hacemos referencia dentro de esta página son los siguientes: Psicosis
Reactiva Esquizoafectiva, Trastornos
Disociativos, Trastornos
Adaptativos, Trastorno
Psicótico Compartido, Trastorno
de la Personalidad por Dependencia, Trastornos
de Ansiedad, Trastorno
por Estrés Postraumático, Trastorno
Post-Grupo, Trastornos
del Estado de Animo (Depresivo Mayor Unico y Depresivo Mayor Recidivante)
y y las Reacciones
Misceláneas.
Si usted
está buscando ayuda psicológica o información sobre desprogramación contáctenos.
No informar
a nuestros ciudadanos sobre el peligro que representan estos grupos para su
estabilidad emocional y psicológica provoca su exposición al peligro y a la
desprotección, abandonándolos a posibles consecuencias fatales. Los peligros
pueden llegar a extremos tales como la paranoia, la mutilación y finalmente
el suicidio.
SINDROME DE ADOCTRINAMIENTO SECTARIO
Los síntomas
que desarrollan los adeptos durante su estancia en las sectas dan lugar a lo
que se ha definido como el "Síndrome de Adoctrinamiento Sectario". Se
observa, sobre todo una radical transformación de la personalidad acompañada
por una serie de síntomas y caracterizada, en buena medida, por una disociación
entre la personalidad previa y la implantada por el grupo. Las siguientes
cualidades son las más observadas en los casos que padecen el síndrome:
Presencia de
“estados alterados de conciencia” (las operaciones del ‘Proceso de
Internalización Cognitiva’ quedan alteradas, afectando la percepción acerca de
lo que es bueno y malo para uno mismo y para los demás) manifestado a través
de:
Un repentino
y drástico cambio o alteración en sus sistemas de valores, incluyendo el
abandono de sus metas académicas, sociales o laborales anteriores. Lo que es
bueno y malo para su futuro dentro de la sociedad cambia, puesto que la
realidad del mundo cambia y pierde interés en lo que la sociedad le ofrece.
Ataque a la
evaluación del propio ‘yo’, desestabilizando los aspectos más centrales de la
persona. Deterioro de la conciencia de sí mismos; el concepto sobre lo que es
bueno y nocivo para sí mismo cambia totalmente.
Cambio en la
personalidad de los adeptos, con fuertes sentimientos de culpa. Desarrollan
gran sentido de culpa, porque únicamente su líder entiende y conoce los
pensamientos e intenciones propias; pero constantemente le acusa, con el
propósito de intensificar necesidades de superación dentro de la secta, en sus adeptos.
La
conciencia social básica queda en el adepto minada. Su percepción de la
realidad queda completamente alterada. Desarrollan una visión paranoica del
mundo exterior y una desconfianza hacia sí mismos y hacia todos los que no pertenezcan
a la secta. Se debe a que están convencidos de que únicamente su líder puede
entender y conocer los pensamientos e intenciones del mundo exterior.
El control
de las emociones queda en el adepto alterado. Como resultado de la técnica de
persuasión coercitiva, que consiste en ‘Negar el Yo’
(Destruir su ego. Es un ejercicio comúnmente enseñado por los líderes sectarios
y no se debe confundir con el ‘Mecanismo de Defensa’ llamado ‘Negación’, que
utiliza la persona para negar la existencia de un conflicto; rechaza o ignora
su realidad al sentirse incapacitado para resolverlo. Es similar al Mecanismo
de Defensa, pero la práctica consiste en concientemente negarse satisfacer
alguna necesidad.) Desarrollan conflictos emocionales al tratar de reprimir
concientemente sus emociones y sentimientos. El sufrimiento se agudiza en
ellos, cuando al aceptar humillaciones de su líder o al aceptarle tareas
indignantes, voluntariamente se desarman de sus mecanismos de protección,
respeto y consideración hacia sus sentimientos y emociones, creyendo que tales necesidades
son producto de su egoísmo y tienen que sacrificarlo. El líder sectario les
acusa y convence acerca de su profundo egoísmo y por ello tienen que vencerlo.
Los
‘Mecanismos de Defensa’ según los psicoanalístas, quedan alterados. Es lo que
realmente ocurre con los adeptos. Los utilizamos normalmente, pero como
resultado de la 'autorregulación interna' o del ‘Proceso de Equilibración del
constructivismo de Jean Piaget’ y en el caso de los adeptos, cuando
se enfrentan a un ‘conflicto cognitivo’ o a una disociación, los‘Mecanismos
de Defensa’ ayudan a encontrarle relación y lógica a lo inaceptable. Son
reacciones que le permiten al adepto funcionar con normalidad, sin razonar a
profundidad, ignorando aquella 'corazonada' o pensamiento subconsciente que le
dice que algo realmente está mal. El Mecanismo de Defensa más utilizado por los
adeptos es el de la ‘Negación’ y el peligro mayor de esta práctica no es
el engaño, sino el grave daño emocional que se ocasionan. Por medio de la
autosugestión aprenden a engañarse, ignorando y mostrando aparente indiferencia
hacia cualquier dolor emocional. En algunas sectas el líder hace creer a los
adeptos que 'tan solo seres muy superiores e iluminados pueden desasociarse
totalmente de sus sentimientos, porque su espíritu tiene la capacidad de poder
desprenderse del cuerpo y de la persona'. Esas sectas son las más
peligrosas, el estado alterado de conciencia tiene la capacidad de suscitar el
desarrollo del “Trastorno de Identidad Disociativo”, anteriormente conocido con
el nombre de ‘Trastorno de la Personalidad Múltiple’ (El adepto se
autosugestiona para en determinados momentos ignorar su propia identidad).
Falsa mejora
de autoestima y seguridad; internamente esconde fuertes sensaciones de
angustia. El verdadero sentir personal es suprimido. Se da cuando el adepto
responde a las exigencias de mostrarse complacido, alegre y entusiasta todo el
tiempo (Groenveld, 1999). Por medio de inducción de ideas y pensamientos, a
través de técnicas sugestivas, el líder les enseña a autosugestionarse,
convenciéndose de que son más felices y de que dentro de la secta todos
se aman, a pesar de experimentar frecuentes rechazos, humillaciones y
desprecios. El líder les hace creer que el camino que les traza, a través de
sus enseñanzas, les transforma en seres superiores en lo intelectual, lo
espiritual, emocional y con capacidad de percepción superior al promedio.
Disminución
de la flexibilidad mental. Intransigente, cerrado de mente, incapaz de aceptar
otros puntos de vista.
Degradación
de la inteligencia emocional. Como consecuencia del estado alterado de
conciencia se da una disminución en la calidad de las relaciones familiares y
extra-grupales. Ocurre una especie de retardo en su inteligencia racional,
social y emocional.
Infantilización.
Inducción a la dependencia y sensaciones de incertidumbre y duda; falta de
autoconfianza. El líder sectario desarrolla en el adepto dependencia extrema
hacia él; logra hacerles sentir inseguros de su criterio propio, tras aplicar
técnicas coercitivas como el castigo, los gritos, humillaciones e insultos cada
vez que toman decisiones o ejercen su criterio propio para resolver cualquier
conflicto, sin previamente consultarle el curso de acción que debe seguir.
Cambia la
personalidad del adepto con marcadas manifestaciones de miedo, ocasionado por
las técnicas coercitivas utilizadas por el líder sectario; especialmente
manifestaciones de terror y miedo a la maldición de un castigo. Los aterrorizan
con desgracias, catástrofes, maldiciones al traidor, fuertes castigos y
humillaciones a quien no cumpla, dude de la sobrenaturalidad, la divinidad,
decisiones y buenas intenciones líder y a quien no se adapte a las demandas del
grupo.
Surge una
personalidad dividida (separación entre la personalidad “sectaria” y la histórica).
La persona abandona sus costumbres pasadas; el líder se vale del cambio, para
demostrar que el resultado positivo de la conversión observada evidencia la
efectividad de su enseñanza
Cambios
físicos, incluyendo pérdida de peso, ocasionado por las dietas extremas o los
frecuentes ayunos prolongados. El propósito del líder es poderle demostrar al
adepto un cambio visual que exponga claramente un cambio positivo como prueba
de fe, en combinación con la eliminación de algún vicio y costumbre que demuestre
su mejora personal.
Deterioro en
la apariencia física, debido a que pierde interés en el mundo social. El líder
inculca en el adepto la creencia de que todo lo perteneciente al mundo social
está mal, porque son impuros, están contaminados y hay que buscar la manera de
reclutarles para salvarlos.
Pérdida de
expresión facial natural, de mirada perdida o vacía, mirada evasiva, jovialidad
ficticia. (Liberman,1994) El foco de atención cambia, debido a que
constantemente deben repetir mentalmente sus oraciones, postulados y/o
creencias. Se sienten seguros dentro de su mundo enajenado de la realidad
exterior. Desconfían del mundo exterior, descartando e ignorando lo que no
puedan explicar bajo sus creencias.
Cambios en
sus respuestas emocionales, suelen ser bruscas. Las respuestas del adepto
responden a la idea imaginaria que el líder les ha forjado sobre el mundo
exterior. No responden a los estímulos ambientales y sociales, según su
criterio propio, más bien responden mecánicamente; ya que dirán y harán lo que
les sea indicado, ante específicas circunstancias. La ciencia ha demostrado que
estos cambios son el resultado también de la alteración que ocasiona la
exposición al estrés y a la ansiedad constante sobre el funcionamiento
neurofisiológico del cuerpo.
Una mañana
julio de 1973 dos asaltantes armados con ametralladoras irrumpieron en el
Sveriges Kreditbanken, un banco de Estocolmo, Suecia. Aunque al principio el
robo parecía consumarse de acuerdo al plan, la rápida acción de la policía
llevo a una toma de rehenes que se prolongó por seis días. El secuestro
prolongado de los rehenes provocó un cambio impresionante e inesperado en su
conducta: Los cuatro rehenes (3 mujeres y 1 hombre) se resistieron a ser
rescatados. Cuando terminó el episodio en el banco de Estocolmo, al momento de
la liberación, un periodista capturó en una foto el instante en que una de las
rehenes y uno de los captores se besaban. Sorprendentemente todos los
secuestrados iniciaron una campaña para defender a sus captores, rechazando
inclusive testificar en su contra. Otro dato impresionante es el reporte que
narra como una de las muchachas llegó a comprometerse con los secuestradores,
al haber estado envuelta con la dinamita para amenazar a la policía. Este hecho
se convirtió en objeto de estudio para Nils Bejerot, un psicólogo que se dió a
la tarea de explicar las razones que motivan a los secuestrados a defender a
sus captores y lo bautizó con el nombre de "Síndrome de Estocolmo".
¿Como se
desarrolla?
Aunque es una reacción psíquica que pueden desarrollar las personas al quedar
aisladas bajo el dominio de un secuestrador, claramente en contra de su
voluntad, el adepto manifiesta también la misma reacción psíquica como
consecuencia de su aislamiento del resto de la sociedad; sociedad que el líder
sectario identifica como corrupta, enferma y peligrosa para el adepto. El líder
sectario trastoca el significado de todos los conceptos emocionales, tales como
el amor, la compasión, la caridad, etc.. e interpretación sobre del
comportamiento de toda aquella persona fuera de su control; consigue que sus
adeptos reinterpreten y redefinan todo lo que han conocido y aprendido hasta el
momento; logra alterar la interpretación de todos los recuerdos en sus adeptos.
El líder juega hábilmente con los sentimientos y emociones de sus adeptos,
puesto que sigue el objetivo de convertirse en el centro de control y de
satisfacción emocional y psicológica en ellos. De esta manera el adepto
desarrolla algo que les lleva más allá de la relación de complicidad con su
líder sectario, puesto que terminan por admirarle ciegamente, hasta el punto de
la idolatría. Igual a las personas secuestradas, el adepto ayuda a su líder
maltratante, así sea un traficante, estafador, asesino, abusador sexual o violador
a alcanzar sus fines o a evadir a la justicia. El Síndrome de Estocolmo se
presenta cuando la víctima es sometida a gran presión piscológica por parte del
secuestrador. La víctima siente que no puede escapar (y de verdad no puede
hacerlo sin gran riesgo), se siente aislada del exterior, abandonada por
carecer de contacto con todos, debido a que sistemáticamente, dejándose llevar
por las creencias inducidas por el líder sectario de que todos sus familiares y
amigos son unos ignorantes, les consideran inferiores intelectual, espiritual y
moralmente, están perdidos, no son especiales ni privilegiados como ellos y
hasta el líder les hace creer que son sus enemigos, por lo que generalmente
tienen con estos grandes discusiones y peleas. Si no recibe seguridad del
exterior, como consecuencia pueden encontrarla tan solo en su propio líder
maltratante. En el momento en que el líder comienza a demostrar cierta bondad,
comienza el adepto a ver tan solo el lado bueno de su líder; negando poco a
poco el lado que le produce miedo. Como el adepto pierde toda protección de sus
familiares y amigos, no le queda otra que no sea la del mismo grupo sectario y
su líder maltratante, trata de entender los motivos del líder sectario,
buscando su simpatía, ya que manteniéndole contento es más difícil que le haga
daño. La manifestación de esta reacción psíquica es fácilmente observada cuando
se estudian los casos de las víctimas abusadas sexualmente dentro de las
sectas. De acuerdo a Grahm y Rawling, 'la víctima se vuelve hipersusceptible
a las necesidades del victimario y se olvida de las suyas, preocupándose porque
el victimario esté ocupado en cualquier cosa, excepto pensando en la
posibilidad de herirle'. Al negarse a ver el lado violento de quien le
tiene atrapado, aislado dentro de los límites de un entorno social, imaginario
y psicológico, que podría llegar a ser territorial cuando es un líder sectario
y se los lleva a vivir en comuna, o únicamente territorial cuando es un
'secuestrador', la víctima se olvida del peligro que corre, y cada vez se le
hace más difícil interpretar la realidad que percibe del mundo exterior,
desligada de la interpretación explicada según el razonamiento de su líder; ya
que se identifica el adepto, a sí mismo, desde el punto de vista del victimario.
Es más común
que una persona que ha sido víctima de algún tipo de abuso severo como el
sexual; llegue a experimentar simpatía por el víctimario, podemos decir que
este caso se presenta en:
o
Rehenes
o
Prisioneros
de Campos de Concentración
o
Miembros de
una Secta Destructiva
o
Prisioneros
de Guerra
o
Prostitutas
o
Víctimas de
Abuso Sexual
o
Niños
Maltratados
o
Mujeres
Maltratadas
Nils
Bejerot, criminólogo y psicólogo que se dió a la tarea de explicar las razones
que motivan a los secuestrados a defender a sus secuestradores le dio el nombre
de Síndrome de Estocolmo al estado mental y emocional que desarrolla una
persona que es secuestrada o capturada y queda sometida a las demandas de su
captor por un período determinado de tiempo. Cuando ocurrió el robo y durante
el secuestro, Nils Bejerot se encontraba colaborado como profesional con la
policía y durante una entrevista, en una emisora de noticias, se refirió a la
conducta de los rehenes con el nombre del síndrome. El término fue entonces
adoptado por muchos psicólogos en todo el mundo. Como resultado de las
investigaciones que pudo realizar, Nils Bejerot llegó a la conclusión de que
existen cuatro motivos ante los cuales puede presentarse el Síndrome de
Estocolmo:
o
Si el rehén
siente una amenaza física o psicológica por sobrevivir, y que só lo el
secuestrador puede quitar tal amenaza
o
Si el rehén
siente algo de compasión por parte del secuestrador
o
Aislamiento
de perspectivas aparte de las del secuestrado
o
Si el rehén
siente que no hay posibilidad de escape
Según el
DSM-IV, el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Desórdenes Mentales, los
Trastornos Disociativos (tan comúnmente observados en los adeptos que han
desarrollado el Síndrome de Adoctrinamiento Sectario) resultan de la alteración
de las funciones integradoras de la conciencia, la identidad, la memoria y la
percepción del entorno (con síntomas como la pérdida de memoria de eventos
traumáticos, sensación de distanciamiento de los propios procesos mentales y
del propio cuerpo, hasta el control del comportamiento por varios estados de
personalidad sucesivos). Esta alteración puede ser repentina o gradual,
transitoria o crónica. En estados extremos, el 'delirio', la ilusión o
idea delirante que desarrollan estas personas puede inclusive llevarles a creer
que otro ser o entidad les controla y se identifican entonces con otro nombre
(seres iluminados o posesiones, etc.).
Sabemos que cualquier experiencia real o ficticia, inducida por medio de
sugestiones o autosugestiones, puede ser impactante o traumática; no necesita
ser cierta para no olvidarla e impactarnos fuertemente, siempre que nuestra
mente consciente la asimile, incorpore y acepte como experiencia real. Según
nuestra experiencia atendiendo adeptos, al desarrollar éstos percepciones
alteradas sobre el mundo social, igualmente desarrollaron en cadena, miedos
hacia amenazas irreales y reacciones de ansiedad que se desencadenaron
posteriormente en el desarrollo de la ‘fobia social’, porque su constante
rechazo y menosprecio hacia el mundo exterior les llevó a desarrollar grandes
conflictos, que terminaron por transformar su visión sobre éste en la de uno
totalmente amenazante. Como consecuencia, sin darse cuenta, la persona
desarrolla un 'estado alterado de consciencia'. El estado alterado de consciencia
es una característica destacada que se da en las personas que desarrollan el
‘Síndrome de Adoctrinamiento Sectario’. La persona provoca un desbalance
mental, al controlar sus procesos de pensamiento, tratando de rechazar los
pensamientos lógicos que le ayudan a interpretar la realidad del mundo
exterior, según la percepción de sus sentidos. Su esfuerzo por rechazar
inicialmente y luego por bloquear la función de su capacidad de razonamiento le
lleva a desarrollar una auto-conciencia de sí mismo y conciencia social
completamente alterada.
Imagínese qué pasaría si usted se convence de que para poder superar cualquier
problema en la vida tiene que rechazar todo pensamiento que le lleve a
cuestionar lo que sea contradictorio a lo que su guía personal y espiritual le
dice sobre sus amigos, familiares, sobre el mundo visible y el invisible.
Estaría analizándolo todo a través de la mente de su guía y se arriesgaría a
desarrollar un posible delirio, si lo toma demasiado serio, si rechaza toda
posibilidad o duda, por temer un grave error o peligro. En otras palabras estas
personas aprenden a vivir dentro de un mundo de fantasía que resulta ser en la
mayor de las ocasiones aterrador. Rechazan la realidad para sumergirse a vivir
dentro de un mundo utópico. Desarrollan un verdadero delirio y toda su conducta
y reacción responderá a su fantasía mental. Esto es lo que sucede con los
adeptos que desarrollan el “Síndrome de Adoctrinamiento Sectario”. La persona
comienza a engañar su mente, al desasociarla de la realidad exterior. Para
mantenerse en un estado completamente disociativo de la realidad; para ello
acuden siempre al enajenamiento social. Su ambiente controla lo que ven y
escuchan. Todo material impreso o digital que pudan leer y lo que ven o
escuchan por cualquier medio de comunicación tiene que estar autorizado por sus
líderes sectarios. La información controlada mantiene viva su ilusión. Aprenden
a sobrevivir, adaptándose a ese nuevo ambiente cargado de demandas altamente
hostiles. Sin embargo, tenemos que tener cuidado con los síntomas dependientes
de la cultura, puesto que la despersonalización y desrealización inducidas de
forma voluntaria forman parte de las prácticas de meditación y de trance
existentes en muchas religiones y culturas, y no deben confundirse con el
trastorno de despersonalización. Por otro lado, no debe dejar de considerarse
el que algunas prácticas y ejercicios mentales podrían ser muy peligrosas,
puesto que podrían producir episodios de despersonalización, los cuales pueden
ser muy breves, unos cuantos segundos o muy persistentes, durar inclusive por
años. Los adeptos en las sectas son expuestos a un estilo de vida
altamente estresante y de sometimiento esclavizante, que les pone a riesgo de
frecuentes crímenes en contra su dignidad, tales como abuso sexual, fuertes
humillaciones y castigos capaces de generar graves traumas en el individuo. Surge
el trastorno de la despersonalización en respuesta y como consecuencia a
acontecimientos que ponen en peligro la vida del individuo, como los que
podrían experimentarse dentro de un ambiente sectario. El episodio de
despersonalización podría aparecer de manera repentina durante la situación
traumática. El curso del trastorno es a veces crónico, aunque marcado por
remisiones y exacerbaciones. En la mayoría de las ocasiones las exacerbaciones
están relacionadas con acontecimientos estresantes reales o subjetivos.
Como
consecuencia de la técnica de Persuasión Coercitiva, de Reforma de Pensamiento
o de Lavado de Cerebro, se va generando en el adepto una nueva personalidad que
entra en competencia con su personalidad anterior. El hecho de que ambas
personalidades convivan en un mismo individuo provoca el que familiares y
amigos del adepto se sorprendan por la nueva e inexplicable transformación en
la manera de comportarse el adepto. La transformación suele ser muy marcada al
punto de parecer otra persona, un extraño en algunas situaciones y en otros
momentos “es la misma persona de siempre”.
El trastorno
disociativo es frecuentemente diagnosticado en adeptos y ex-adeptos de las
sectas destructivas. El mismo describe la convivencia de dos personalidades en
un mismo individuo, la que tenía el individuo antes de entrar en el grupo y la
personalidad desarrollada después de entrar al grupo sectario, la cual se
desarrolla como resultado del sometimiento a las técnicas de manipulación
psicológica.
En el
individuo se va desarrollando lo que se conoce como la instauración
definitiva de la dependencia, lo que se conoce con el nombre de secta
dependencia, pero es una dependencia inducida por el líder, a
través de múltiples 'técnicas de persuasión coercitiva', tales como la ‘presión
grupal’, el desarrollo de ‘estados alterados de consciencia’ y la ‘indefensión
aprendida’. Es el mismo tipo de dependencia que desarrollan las víctimas de
violencia doméstica hacia su victimario.
Quien ha
tenido la experiencia de haber participado de una secta sabe que el ambiente
social dentro de ella es altamente hostil. La hostilidad no produce
relajación alguna, ni alivia en lo absoluto el estrés; más bien lo genera. Estudios
científicos han demostrado que la activación excesiva de neuroendocrinas, las
que se encuentran en el axis o eje hipotálamo-pituitario–adrenal (HPA), el
locus ceruleus y en el sistema límbico, se mantienen estables en los individuos
que gozan de un ambiente social protegido. En estas personas los efectos del
estrés en general son menores, especialmente el estrés de origen social. Lo
contrario ocurre en las personas expuestas a ambientes hostiles.
Debido a que
las hormonas que activan el estrés se encuentran en el cerebro reptil o
primitivo, los animales y reptiles también pueden sufrir de altos niveles de
estrés. Un estudio dirigido por el Dr. Svante Winberg, biólogo del Departamento
de Fisiología Comparativa de la Universidad Uppsala de Suecia, demostró que los
peces que eran sometidos a amenazas constantes de otros peces más fuertes y
dominantes, registraban una activación excesiva de las neuroendocrinas del eje
HPA, debido a que aumentaban los niveles de las hormonas que generaban en ellos
el estrés (Winberg S, Øverli Ø, Lepage O (2001). Estudios científicos señalan
que el modelo utilizado para este estudio, el de "Derrota Social"
guarda un fuerte paralelo con los seres humanos que sufren del rechazo y de la
burla (del "bullying") dentro de un grupo, al ser estos los
subordinados.
Otro estudio
realizado también en el año 2001, por Kaj Bjorkqvist, profesor de la
Universidad de Turku, en Finlandia y Presidente de la Sociedad Internacional
para la Investigación sobre la Agresión, encontró que los seres humanos que
tienen que lidiar con ambientes hostiles, en los que peligran sus posesiones,
dinero, carecen y tienen que luchar por una posición social de prestigio dentro
de un grupo, y otras carencias, suelen experimentar lo mismo que experimentan
quienes fueron maltratados dentro de una secta, síntomas como baja autoestima
(debido al maltrato del grupo), sentimientos de depresión (por falta de
reconocimiento a sus esfuerzos), retraimiento o aislamiento social, la ansiedad
(debido a un entorno amenazador) , e inclusive una gran cantidad de efectos
fisiológicamente medibles, tales como un notable incremento en sus niveles de
corticosterona, y un cambio notable en la activación simpática dentro del
sistema nervioso autónomo.
La
subordinación por "derrota social" provoca estrés crónico tanto en
animales como en seres humanos. La 'derrota social' tiene la capacidad de
provocar cambios significativos en el comportamiento, en el funcionamiento del
cerebro, en la fisiología, cambios en los neurotransmisores y en la liberación
de hormonales, y por lo tanto, termina afectando la salud.
Estudios
científicos realizados tanto en animales y como en seres humanos han demostrado
que el entorno social tiene el potencial de generar altos niveles de estrés.
Este hecho parece ser especialmente cierto en el caso del estrés social, como
el que puede provocar lo que hemos explicado anteriormente sobre la
"derrota social". (Bjorkqvist, K (2001). Las personas quedan
mentalmente atrapadas en las sectas, pero no se quedan en ellas o cuando salen
buscan otra como resultado de una adicción hacia algo placentero, ya sea por
gusto o complacencia, sino como consecuencia de la culpa y de la 'disonancia
cognoscitiva' (desarmonía interna al no ser consistente con lo que creen que
deben hacer) que sienten, al seguir creyendo en la doctrina aprendida, aún
cuando salieron de la secta, y al no cumplir con las órdenes que aún no
desestiman. Estando dentro de una secta se asimilan órdenes tales como
no abandonar el grupo, tengo que ser fiel y obediente, y no puedo fallar en la
fe. Las órdenes asimiladas estando en la secta seguirán controlándoles a menos
de que las identifiquen y analicen conscientemente para desautorizarlas y
descartarlas. De no hacerlo, estas órdenes seguirán controlándoles, aún así
hayan salido de las secta.
Las víctimas
de maltrato dentro de las sectas destructivas sufren muchísimo, porque quedan
desarmadas de sus destrezas sociales e inseguras de sus capacidad para tomar
decisiones independientes inteligentes, cuando quedan totalmente persuadidas de
que únicamente pueden confiar en su líder, quien desea su bien y sabe qué es lo
más que les conviene. Para evitar castigos, fracaso y error, todo debe ser
dirigido y aprobado por él, su autoridad. La dependencia que desarrolla la
víctima de maltrato dentro de una secta destructiva responde totalmente a su
necesidad de evitar el dolor de los castigos, el menosprecio, las humillaciones
o la vergüenza de una expulsión; y no como resultado de
adicción alguna al placer de pertenencer a un grupo poderoso. Las sectas
generan ansiedad, terror, culpa y mucho sufrimiento; para nada ofrecen
alicientes que alivien el dolor humano, en todo caso lo intensifican para poder
controlar a la persona. Es miedo y terror al grupo, lo que realmente les
controla. El placer de satisfacer profundas necesidades de poder es lo que
exactamente experimenta cualquier megalómano líder sectario. Sin embargo,
aunque la mayoría de los miembros adeptos de una secta son víctimas, también
dentro de ella el líder puede entrenar a un grupo predilecto de victimarios,
con capacidad de hacer muchísimo daño. El
líder suele ofrecer y prometer posiciones de autoridad sometidas a sus
caprichos, pero cargadas de poder y privilegios sobre el resto de los adeptos.
Las personas que buscan y alcanzan esas posiciones gozan de cierta
complacencia, respeto, admiración y estima reconocida por el líder, pero
generalmente no dejan de ser posiciones que ofrecen el mismo nivel de respeto,
reconocimiento y estima que recibimos todos dentro de nuestra sociedad. La
realidad es que dentro de una secta es extremadamente hostil el ambiente que
castra la libertad del adepto. La hostilidad incrementa en el adepto la
necesidad que siente de satisfacer los caprichos y órdenes del líder. Tal
necesidad irá afectando toda la vida, forma de pensar y valores humanos del
adepto, reproduciéndose en él una personalidad totalmente afectada y dominada
por una clara necesidad de supervivencia. Tendrá problemas de adaptación al
mundo fuera de la secta, por lo que optará por ignorar y negar cualquier el
daño ocasionado a los seres queridos que no pertenezcan a la secta. Parecerá
que se convirtió en una persona distinta, con otras ideas, forma de actuar y en
algunos casos cambian hasta su forma de vestir. Se vuelven también
controversiales, entrando en grandes conflictos por defender las creencias de
su grupo; y para sentirse bien y en paz consigo mismo, aceptará la
justificación inducida de que se está superando y convirtiendo en un ser
superior, y en una mejor persona. Dentro de este nuevo estado mental aparece
el proceso de regresión y de infantilización, generado mediante el
bloqueo del sistema de razonamiento y la anulación de la toma de decisiones
individuales. La capacidad de razonamiento y la mentalidad del adepto quedan
significativamente afectadas. El acaba pensando y razonando u obedeciendo como
un niño. En algunos casos, incluso cambian los rasgos físicos de la cara de los
adeptos, luciendo ingenuos y aniñados. El adepto es despojado de todo tipo de
responsabilidad, está obligado a darle cuentas a su líder; tiene que obedecer y
hacer lo que le manda y nada más. Desarrollan frases repetitivas que
internalizan tales como: "El que obedece no se equivoca",
desarrollan términos exclusivos con mensajes subliminales que les ayudan a
controlar sus conductas y respuesta, que repiten, constituyendo así un nuevo
lenguaje típico en la secta. El adepto será incapaz de tomar cualquier decisión
sin contar con la autorización de su autoridad, porque su deber y mayor
responsabilidad moral es obedecer. El desarrollo de la personalidad
individual y única ha quedado devaluada.
A través de
las técnicas de persuasión coercitiva se logra aumentar significativamente en
el adepto el aspecto emocional y se logra disminuir al máximo su capacidad de
razonamiento o crítica. El adepto no debe pensar ni razonar por sí mismo, tan
solo obedecer sin objetar, estar deacuerdo o entender; y mucho menos debe
discrepar o llevarle la contraria al líder del grupo. Las técnicas de
persuasión coercitiva son más eficaces cuando están acompañadas por reglas
estrictas, sacrificios corporales y especialmente sometiendo a los adeptos a
prácticas, ejercicios y tácticas productoras de ansiedad y tensión sobre un
período continuo de tiempo.
Tal estado
mental de sumisión y obediencia ciega al líder sectario puede conseguirse
debilitando significativamente la energía física de los adeptos y sus defensas
psíquicas al mayor grado posible. La capacidad de razonamiento quedará reducida,
así no se da cuenta de lo que le sucede y queda incapacitado para de impedir o
detener lo que le están haciendo. Por tal razón, forman parte del programa de
una organización sectaria las estrictas dietas y/o ayunos; en adición al
excesivo trabajo diario impuesto, las pocas horas de sueño, las extensas
charlas, sesiones de meditación o de oración, los trabajos repetitivos y el
estar por horas cansando el organismo con la misma postura, sentados o
parados. (Ver los tipos de técnicas de
persuasión coercitiva comúnmente utilizadas por los líderes sectarios)
Al adepto
cada vez le va siendo más difícil razonar coherentemente, como lo hacía antes
de su ingreso en la secta destructiva debido a la presión psicológica, al
estrés y tensión continua, a la escasa y mala alimentación, al aislamiento
parcial o total con el mundo ajeno a la secta, a la adquisición de un nuevo
"lenguaje" dentro del grupo sectario, al cansancio físico, a la incapacidad
de tomar decisiones, la manipulación emocional, y a la disminución y el control
del razonamiento.
En la
mayoría de los casos el adepto desarrolla una seria y gran dificultad para
desenvolverse independientemente de las directrices del grupo. Los individuos
quedan incapacitados para mantenerse mentalmente separados del grupo y quedan
completamente incapacitados para evaluar su conducta o sus sentimientos de modo
independiente a la doctrina o las normas del grupo.
Los
trastornos mencionados en el DSM-IV que podrían suscitarse más fácilmente en
los adeptos son los siguientes:
- Trastornos
Disociativos
- Trastornos de
Ansieda
- Trastorno
Somatoforme (Somatomorfo; molestias fisiológicas sin aparente explicación;
no hay evidencia de enfermedad orgánica o sustancia)
- Trastornos del
Estado de Animo (inducidos por hipnosis, por substancias y no
especificado)
Por otro
lado, la Organización Mundial de la Salud recomienda el uso del Sistema
Internacional denominado CIE-10 y recoge en una sola categoría a los Trastornos
de Ansiedad con los Somatomorfos, llamándola “Trastornos Neuróticos,
Secundarios a Situaciones Estresantes y Somatomorfo”. A los Trastornos
Disociativos, los clasifica como “F44 Trastornos Disociativos (de
conversión)” y a los Trastornos del Estado de Animo los clasifica bajo
la categoría “F30-39 Trastornos del Humor (Afectivos)”. El término
"conversión" que le añade a los Tratornos Disociativos implica que se
suscitan sentimientos no satisfactorios originados por los problemas y
conflictos que el enfermo no puede resolver y se transforman de alguna manera
en síntomas.
Los ‘estados o trastornos disociativos’ que pueden desarrollar
las personas expuestas a períodos de prolongada e intensa persusasión
coercitiva (p. ej., lavados de cerebro, modificación del pensamiento o
indoctrinación en sujetos cautivos) son varios; entre estos los más comúnmente
explicados por los ex-adeptos que atendemos son el 'Trastorno de
Despersonalización' y el 'Trastorno
Disociativo No Especificado'. El 'Trastorno de Identidad Disociativo'
y la 'Amnesia Disociativa' son los menos comunes, pero su manifestación
pueden ser provocadas en individuos con la predisposición o en víctimas de
experiencias altamente traumáticas o estresantes.
Todos los ex-adeptos que han sufrido graves consecuencias, como resultado de
haber sido miembros de sectas destructivas, manifiestan haberse valido de un
'mecanismo de represión mental' que rechaza el pensamiento lógico y la realidad
del mundo exterior, manteniendo fuera de la conciencia toda información
analítica. El patrón de conducta que relatan algunos ex-adeptos de sectas
destructivas, dentro de la cual practicaban el desconectarse de la realidad
para recordar sus vidas anteriores, reportan haber utilizado métodos de
meditación o alucinógenos. Tal estado de conciencia era auto-inducido
persiguiendo el fin de que un espíritu, poder, deidad o alma especial tomase
control de su cuerpo, para poder cumplir su importante misión, ya fuese
asignada por Dios, el Cosmos Universal o por espíritus superiores. Algunos
practicantes de estas técnicas que han salido de estas sectas reportan que
debido a su obsesión se mantenían en un estado de total negación hacia toda
información percibida del mundo externo; tan solo aceptaban lo que les era
transmitido por sus directores sectarios. Estas personas reportan no tener
historial alguno que cumpla con los criterios del diagnóstico de la
'esquizofrenia'. Aunque algunos recurren a alucinógenos, la mayoría logran este
estado, sin tener que incurrir a la intoxicación con alcohol o con drogas. Los
ex-adeptos que hemos atendido manifiestan haber experimentado un estado
alterado de consciencia debido a la sugestión, reportando que experimentaba
olvidar detalles específicos de lo que hacía cuando otro ser tomaba control de
sí. Este tipo de experiencias es mayormente manifestado por personas que han
entrado en sectas que promueven la doctrina de George Ivanovich Gurdjieffel, un
esotérico muy renombrado entre diversos movimientos sectarios y categoriza a
las personas según siete niveles de perfección, dentro de los cuales tan solo
los que se encuentran en un nivel cuarto o superior, son los que logran
desprenderse de sus sentimientos y emociones. El presenta su escala como un
medio para alcanzar un estado de integración perfecta entre la consciencia
intelectual, sentimental y física y quien pasa al quinto nivel se convierte en
un observador de sí mismo, en un testigo.
Trastorno
Disociativo- "F48.1 Trastorno de Despersonalización [300.6]" -
La característica esencial de este trastorno consiste en la presencia de
episodios persistentes o recidivantes de despersonalización, caracterizados por
la sensación de extrañeza o distanciamiento de uno mismo:
- Experiencias
persistentes o recurrentes de distanciamiento o de ser un observador
externo de los propios procesos mentales o del cuerpo (p. ej., sentirse
como si se estuviera en un sueño).
- Durante el episodio
de despersonalización, el sentido de la realidad permanece intacto.
- La
despersonalización provoca malestar clínicamente significativo o deterioro
social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del
individuo.
- El episodio de
despersonalización aparece exclusivamente en el transcurso de otro
trastorno mental como la esquizofrenia, los trastornos de ansiedad, el
trastorno por estrés agudo u otro trastorno disociativo, y no se debe a
los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., drogas o
fármacos) o a una enfermedad médica (p. ej., epilepsia del lóbulo
temporal).
En el
trastorno de despersonalización, el síntoma principal es la despersonalización,
aunque también abarca la desrealización. En la despersonalización la
perturbación ocurre en la 'percepción de uno mismo'; en la desrealización la
alteración ocurre en la 'percepción del exterior'. El individuo se siente como
si fuera un autómata o estuviera viviendo en un sueño o en una película. Puede
existir la sensación de ser un observador externo de los procesos mentales, del
propio cuerpo o de una parte de él. Asimismo, hay diversos tipos de anestesia
sensorial, ausencia de respuesta afectiva y sensación de pérdida de control de
los propios actos (incluido el habla). En enfermo con trastorno de
despersonalización mantiene intacto el sentido de la realidad (p. ej., es
consciente de que se trata sólo de una sensación y de que no es un autómata)
La
despersonalización es una experiencia común, su diagnóstico debe realizarse
sólo cuando la sintomatología sea lo suficientemente grave como para provocar
malestar o deterioro de la actividad normal de la persona
En el caso
de los adeptos, debido a las técnicas de persuasión, su condición mental pasa
por desapercibida y como resultado se adaptan y ajustan al trastorno de la
despersonalización que desarrollan, más bien bloquean su impacto. La sensación
no se convierte en amenazante, sino en motivante, puesto que son convencidos de
que a pesar de los muchos conflictos sociales y personales que enfrentan, están
avanzando en lo espiritual y/o personal. La excusa del 'enemigo común' que
tienen siempre que enfrentar con los 'del mundo' que no son parte de la secta,
logra sugestionarles siempre con un falso sentido de seguridad. Suelen ignorar
su condición, a pesar de la constante ansiedad que experimentan. Sin embargo,
hemos atendido casos de personas que han expresado haber sentido intenso temor
de volverse locas, de extrañar las percepciones y de cuestionarlo todo en
silencio. Como en todos los casos de personas que sufren del 'Trastorno de la
Despersonalización', la angustia mental les impide concentrarse bien en el
trabajo o en las rutinas de la vida diaria. Algunos casos dan testimonio de
haberse vuelto momentáneamente inválidas, reportando haber experimentado
episodios de inmovilidad pasajera, mientras cuestionaban su sentido de
alejamiento de sí mismas y del mundo, momentaneamente experimentaron una
especie de catatonia, al momento de actuar o de tomar decisiones.
Debido a que
la despersonalización puede darse en muchos otros trastornos mentales, no se
debe realizar un diagnóstico de trastorno de despersonalización si la
alteración aparece exclusivamente en el transcurso de otro trastorno mental (p.
ej., esquizofrenia, trastornos de angustia, trastorno por estrés agudo u otro
trastorno disociativo). Además, este trastorno no es debido a los efectos
fisiológicos directos de una sustancia o a una enfermedad médica.
Durante el episodio
de despersonalización, el sentido de la realidad permanece intacto; pero la
‘despersonalización’ provoca malestar clínicamente significativo o deterioro
social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
Obviamente estas manifestaciones no se deben a los efectos fisiológicos
directos de una sustancia (p. ej., drogas o fármacos) o a una enfermedad médica
(p. ej., epilepsia del lóbulo temporal); sino a la sugestión provocada por la
necesidad que sienten de superarse psíquica y espiritualmente. Los adeptos
dentro de las sectas sufren de gran ansiedad producida por la constante presión
social que sobre ellos ejerce el líder, respaldado por su grupo sectario.
"F44.3 Trastorno Disociativo de Trance o Posesión"
[Apéndice B, página 743 del DSM-IV TR] En el DSM-IV los individuos que cumplen
estos criterios de investigación reciben el diagnóstico de trastorno
disociativo no especificado. Este diagnóstico de trastorno disociativo de
trance no debe establecerse si el estado de trance se considera secundario a
los efectos fisiológicos directos de una enfermedad médica (en cuyo caso el
diagnóstico apropiado sería trastorno mental no especificado debido a
enfermedad médica o de una sustancia (en cuyo caso el diagnóstico sería
trastorno relacionado con sustancias no especificado). La característica
predominante de este trastorno es un síntoma disociativo (alteración de las
funciones, por lo general concatenadas de la conciencia, memoria,
identidad y la percepción del entorno) que no cumple con los criterios para el
diagnóstico del trastorno disociativo específico. Son los individuos que
durante su estadía en la secta experimentaban con frecuencia el trance
milagroso y los síntomas de ‘posesión’. Ellos explican que
espíritus y seres ajenos entraron en sus cuerpos y tomaron posesión de ellos,
controlando todos sus actos. El ‘mecanismo disociativo’ en estos trastornos se
caracteriza por inhibir la integración de la percepción, memoria y la
identidad. Los síntomas del estado de trance patológico podrían verse
reforzados o disminuidos dependiendo de estímulos ambientales y manipulaciones
de otros individuos. Los agentes que realizan presumiblemente la posesión son
usualmente espíritus naturales (p. ej., espíritus de la muerte, entidades
sobrenaturales, dioses, demonios) que a menudo presentan exigencias o
demuestran animosidad. Es muy típico que los individuos que sufren estos
estados patológicos de posesión encarnen a un número limitado de agentes (uno a
cinco) de una forma secuencial y no simultánea. Entre las complicaciones de
este trastorno cabe citar intentos de suicidio, automutilaciones y accidentes.
Hay autores que también hablan de muerte súbita, quizá debida a arritmias
cardíacas. Los síntomas del estado de trance (p. ej., audición o visión de
entes espirituales y hallarse controlado o influido por otros individuos)
pueden confundirse con las alucinaciones y los delirios de una esquizofrenia,
un trastorno del estado de ánimo con síntomas psicóticos o un trastorno
psicótico breve. Los estados de trance también pueden diferenciarse con arreglo
a su congruencia cultural, su breve duración y la ausencia de síntomas
característicos de estos trastornos. El trastorno de identidad disociativo se
diferencia de los síntomas típicos de los estados de trance y posesión por el
hecho de que en estos últimos los individuos describen de forma característica
espíritus o entidades externas que han invadido sus cuerpos para dominarlos.
Los siguientes ejemplos incluyen:
- Cuadros clínicos
similares al trastorno de identidad disociativo que no cumplen todos los
criterios para este trastorno. Los ejemplos incluyen los cuadros en los
que a) no aparecen dos o más estados de identidad distintos,
o b) no existe amnesia de alguna información personal
importante.
- Presencia, en
adultos, de desrealización no acompañada de despersonalización
- Estados
disociativos que pueden presentarse en individuos que han estado sometidos
a períodos de prolongada e intensa persusasión coercitiva (p. ej., lavados
de cerebro, modificación del pensamiento o adoctrinación en sujetos
cautivos
- Trastorno
disociativo de trance: alteraciones únicas o episódicas de la conciencia,
identidad o memoria propias de ciertos lugares y culturas concretas. Los
trances disociativos consisten en una alteración de la conciencia con
respuesta disminuida al entorno, o en comportamientos o movimientos
estereotipados que se encuentran fuera del control de la persona. El
trance de posesión consiste en la sustitución de la identidad personal por
otra, atribuida a la influencia de un espíritu, poder, deidad u otra
persona, y se encuentra asociado a movimientos estereotipados de tipo
involuntario o a amnesia. Los ejemplos incluyen: amok (Indonesia), bebainan (Indonesia), latah (malasia), pibloktoq (Ártico), ataque
de nervios (América Latina) y posesión (India).
Este trastorno forma parte de prácticas re ligiosas o culturales
ampliamente aceptadas en la población (v. pág. 743 para los criterios de
investigación).
- Pérdida de
conciencia, estupor o coma, no atribuibles a una enfermedad médica.
- Pérdida de Ganser:
en este trastorno el individuo da respuestas aproximadas a las preguntas
(p. ej., 2 y 2 suman 5), y no hay asociación con amnesia disociativa o
fuga disociativa
"F44.81
Trastorno de Identidad Disociativo [300.14]" (antes personalidad
múltiple) -
Ejemplo de
'Trastorno Disociativo De Personalidad Múltiple':
La característica esencial de este trastorno es la existencia de dos o más
identidades o estados de la persnalidad. Puede presentarse, aunque no muy
a menudo, de manera repentina. Las características diagnósticas son las
siguientes:
- Presencia de dos o
más identidades o estados de personalidad (cada una con un patrón propio y
relativamente persistente de percepción, interacción y concepción del
entorno y de sí mismo).
- Al menos dos de
estas identidades o estados de personalidad controlan de forma recurrente
el comportamiento del individuo.
- Incapacidad para
recordar información personal importante, que es demasiado amplia para ser
explicada por el olvido ordinario.
- El trastorno no es
debido a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej.,
comportamiento automático o caótico por intoxicación alcohólica) o a una
enfermedad médica (p. ej., crisis parciales complejas).
Nota: En los
niños los síntomas no deben confundirse con juego fantasiosos o compañeros de
juego imaginarios. El trastorno de identidad disociativo refleja un fracaso en
la integración de varios aspectos de la identidad, la memoria y la conciencia.
Cada personalidad se vive como una historia personal, una imagen, una identidad
e incluso un nombre distintos. Generalmente hay una identidad primaria con el
nombre del individuo, que es pasiva, dependiente, culpable y depresiva. Las
identidades alternantes poseen habitualmente diferentes nombres y rasgos que
contrastan con la identidad primaria (p. ej., son hostiles, dominantes y
autodestructivas). En circunstancias muy concretas el individuo puede asumir
determinadas identidades, que podrían diferir en edad, sexo, vocabulario,
conocimientos generales y estado de ánimo. Las identidades alternantes se
presentan como si se controlaran secuencialmente, una a expensas de la otra,
pudiendo negar el conocimiento entre ellas, ser críticas unas con otras e
incluso entrar en conflicto abierto. Ocasionalmente, una o algunas de las
identidades más poderosas pueden planificar el tiempo ocupado por las otras.
Algunas veces, las identidades hostiles o agresivas pueden interrumpir las
actividades o colocar las otras en situaciones desagradables. Presentan
frecuentemente lapsos de memoria que afectan a su historia personal; estos
lapsos pueden ser de memoria remota o de memoria reciente. Las identidades más
pasivas tienden a mostrar recuerdos más limitados, mientras que las más hostiles
controladoras y «protectoras» son capaces de recuerdos más completos. Una
identidad que no esté actuando puede llegar a la conciencia (mediante
alucinaciones visuales y auditivas; p. ej., una voz que da instrucciones).
Familiares y amigos pueden dar fe de la amnesia del individuo por
comportamientos observados o la persona misma por sus propios descubrimientos
(p. ej., encuentra algo que no recuerda haber comprado). Son las víctimas que
generalmente expresan haber padecido abusos físicos y sexuales. Son mayormente
personas más vulnerables a ser hipnotizadas y especialmente vulnerables a todo
lo que puede provocar sugestión.
Parte de los ejercicios comúnmente practicado en las sectas destructivas llevan
al individio a desarrollar el delirio de sobrenaturalidad e
insensibilidad hacia el dolor; muestran capacidades poco habituales para
soportar el dolor u otros síntomas físicos. Obtienen puntuaciones altas en los
tests de hipnotizabilidad y de capacidad disociativa. En los diversos estados
de identidad se han descrito alteraciones de las funciones fisiológicas (p.
ej., diferencias en la agudeza visual y en la tolerancia al dolor, síntomas
propios del asma, sensibilidad a los alergenos y respuesta de la glucosa a la
insulina). Se ha sugerido que la alta incidencia de este trastorno en Estados
Unidos indica que se trata de una enfermedad ligada a la cultura.
"F44.0
Amnesia disociativa [300.12]" (antes amnesia psicógena)- Se
caracteriza por una incapacidad para recordar información personal importante,
generalmente de naturaleza traumática o estresante, que es demasiado amplia
para ser explicada por el olvido ordinario. La persona no puede recordar
acontecimientos completos de su vida. Son experiencias relacionadas a
acontecimientos traumáticos o situaciones muy estresantes, tras ocurrir el
evento. Algunas personas presentan este tipo de amnesia en episodios de
automutilación, de explosión de violencia o de intentos de suicidio:
- En este trastorno
se produce una alteración reversible de la memoria que impide al paciente
recordar verbalmente experiencias previas (o que, en el caso de
recordarlas temporalmente, no pueden retenerse por completo en la
conciencia). La alteración no se presenta exclusivamente
en el transcurso de un trastorno de identidad disociativo, de la fuga
disociativa, el trastorno por estrés postraumático o el trastorno por
estrés agudo, y no es debida a los efectos fisiológicos directos de alguna
sustancia o a otra enfermedad neurológica o médica
- Los síntomas
deben provocar malestar clínico significativo o deterioro social, laboral
o de otro tipo
- La amnesia
disociativa consiste, la mayor parte de las veces, en uno.
"F44.9 Trastorno Disociativo No especificado”
[Código DSM-IV-TR 300.15] - Es el que se utiliza para todas aquellas
formas de disociación patológica que no cumplen los criterios diagnósticos de
ninguno de los trastornos disociativos de la despersonalización, amnesia o fuga
disociativa o de identidad disociativo.
Los trastornos adaptativos son codificados según
el subtipo, que se selecciona de acuerdo con los síntomas predominantes. El
estresante específico puede señalarse en el Eje IV.
o
F43.20 Con
estado de ánimo depresivo [309.0]
o
F43.28 Con
ansiedad [309.24]
o
F43.22
Mixto, con ansiedad y estado de ánimo depresivo [309.28]
o
F43.24 Con
trastorno de comportamiento [309.3]
o
F43.25 Con
alteración mixta de las emociones y el comportamiento [309.4]
o
F43.9 No
especificado [309.9]
*Criterios
para el diagnóstico de trastornos adaptativos:
A. La aparición de síntomas emocionales o
comportamentales en respuesta a un estresante identificable tiene lugar dentro
de los 3 meses siguientes a la presencia del estresante.
B. Estos síntomas o comportamientos se expresan,
clínicamente del siguiente modo:
1. malestar mayor de lo esperable en
respuesta al estresante
2. deterioro significativo de la actividad
social o laboral (o académica)
C. La alteración relacionada con el estrés
no cumple los criterios para otro trastorno específico y no constituye una
simple exacerbación de un trastorno preexistente.
D. Los síntomas no responden a una
reacción de duelo.
E. Una vez ha cesado el estresante (o sus
consecuencias), los síntomas no persisten más de 6 meses.
Especificar
si es:
·
Agudo: si la
alteración dura menos de 6 meses.
·
Crónico: si
la alteración dura 6 meses o más.
Otros Trastornos Psicóticos
Trastorno Psicótico Compartido (Folie
a deux) (DSM-IV sección 297.3)- El DSM-IV TR lo clasifica dentro de la quinta
categoría general de 'Otros Trastornos Psicóticos'. Se le conoce también con el
nombre de “Trastorno Delirante Inducido”. La característica esencial de este
trastorno consiste en una idea delirante que desarrolla una persona o un grupo
de personas que se expone y mantiene una relación con una persona que padece un
trastorno psicótico con ideas delirantes.
La persona,
o grupo que mantiene esta relación, pasa a compartir parcial o totalmente las
creencias delirantes del sujeto que inicialmente padece los trastornos.
La idea
delirante no debe explicarse mejor por la presencia de otro trastorno psicótico
(como por ejemplo, esquizofrenia) ni de un trastorno del estado de ánimo con
síntomas psicóticos y no es debido a los efectos de alguna sustancia o
enfermedad médica.
El contenido
de las creencias delirantes compartidas dependerá del diagnóstico de los
trastornos de la persona primaria con ideas delirantes. Normalmente, ésto
sucede cuando el primer caso es el dominante en la relación y cuando
gradualmente se va imponiendo el trastorno en la otra persona o en el grupo.
Aunque lo
más común es que este trastorno se dé entre dos personas, puede ocurrir que
este trastorno se presente en un número mayor de individuos, donde un grupo
significativo de personas llegan a compartir el mismo trastorno psicótico. Si
la relación de la persona o la relación de cada persona dentro del grupo
interrumpe su relación con cualquier persona que padezca el trastorno
psicótico, la psicosis compartida disminuirá e incluso podrá llegar a cesar.
Hay poca
información acerca de la prevalencia de este trastorno, ya que la mayoría de
estos casos pasan desapercibidos; sin embargo, algunos datos sugieren que este
trastorno tiene una mayor prevalencia en las mujeres. Es raro que los adeptos
que padecen este trastorno busquen ayuda profesional.
Este trastorno
sólo se diagnostica cuando dichas ideas delirantes no son el resultado de los
efectos de ninguna sustancia o enfermedad médica.
La estrecha
relación con la persona que originalmente padece el trastorno psicótico con
ideas delirantes y la similitud entre las ideas del grupo o el sujeto
secundario con las ideas de la persona que padece el trastorno psicótico
inicial, es la característica más determinante del trastorno. Lo común es que
una vez el sujeto o grupo afectado se separa del sujeto con el trastorno
psicótico inicial, la psicosis compartida desaparece con el tiempo. En casos
muy raros, puede ocurrir que las ideas delirantes no desaparezcan.
Según el DSM-IV, sección 297.3, se diagnostica el trastorno cuando:
o
Se
desarrolla una idea delirante en un sujeto en el contexto de una relación
estrecha con otra(s) persona(s) que ya tiene(n) una idea delirante establecida.
o
La idea
delirante es parecida en su contenido a la de la persona que ya tenía la idea
delirante.
o
La
alteración no se explica mejor por la presencia de otro trastorno psicótico (p.
ej., esquizofrenia) o de un trastorno del estado de ánimo con síntomas
psicóticos, y no es debido a los efectos fisiológicos directos de alguna
sustancia (p. ej., una droga, un medicamento) o a una enfermedad médica.
F43.0 CIE-10 -Trastorno por Estrés
Agudo- DSM-IV 308.3. El DSM-IV
lo clasifica dentro de la séptima categoría general de 'Trastornos de
Ansiedad'. Los criterios para su diagnóstico son los siguientes:
- La persona ha
estado expuesta a un acontecimiento traumático en el que han existido 1 y
2:
- la persona ha
experimentado, presenciado o le han explicado uno (o más) acontecimientos
caracterizados por muertes o amenazas para su integridad física o la de
los demás
- la persona ha
respondido con un temor, una desesperanza o un horror intensos
- Durante o después
del acontecimiento traumático, el individuo presenta tres (o más) de los
siguientes síntomas disociativos:
- sensación
subjetiva de embotamiento, desapego o ausencia de reactividad emocional
- reducción del
conocimiento de su entorno (p. ej., estar aturdido)
- desrealización
- despersonalización
- amnesia
disociativa (p. ej., incapacidad para recordar un aspecto importante del
trauma)
- El acontecimiento
traumático es reexperimentado persistentemente en al menos una de estas
formas: imágenes, pensamientos, sueños, ilusiones, episodios de flashback
recurrentes o sensación de estar reviviendo la experiencia, y malestar al
exponerse a objetos o situaciones que recuerdan el acontecimiento
traumático.
- Evitación acusada
de estímulos que recuerdan el trauma (p. ej., pensamientos, sentimientos,
conversaciones, actividades, lugares, personas).
- Síntomas acusados
de ansiedad o aumento de la activación (arousal) (p. ej., dificultades
para dormir, irritabilidad, mala concentración, hipervigilancia,
respuestas exageradas de sobresalto, inquietud motora).
- Estas alteraciones
provocan malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o
de otras áreas importantes de la actividad del individuo, o interfieren de
forma notable con su capacidad para llevar a cabo tareas indispensables,
por ejemplo, obtener la ayuda o los recursos humanos necesarios explicando
el acontecimiento traumático a los miembros de su familia.
- Estas alteraciones
duran un mínimo de 2 días y un máximo de 4 semanas, y aparecen en el
primer mes que sigue al acontecimiento traumático.
- Estas alteraciones
no se deben a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej.,
drogas, fármacos) o a una enfermedad médica, no se explican mejor por la
presencia de un trastorno psicótico breve.
Trastorno de Ansiedad Generalizada (DSM-IV
sección 300.02) - Algunos adeptos han experimentado ansiedad cuando tratan de
meditar durante algún ejercicio mental, algún rito y/o programas de meditación.
Estas personas llegan a experimentar disociación, y responden con ansiedad
cuando tratan de entrar en relajación. Dentro de la secta han desarrollado
mucha inconsistencia, optan por ignorar sus conflictos cognitivos. El
distanciamiento o la desconexión parece ser la estrategia de afrontamiento
elegida principalmente entre los sujetos inclinados a padecer de ansiedad
inducida por la relajación (Kareaga, 2002). Enfrentar sus conflictos les
provoca ansiedad. Los sujetos con altos niveles de estrés psicológico, en forma
de somatizaciones, ansiedad interpersonal, depresión, trastorno
obsesivo-compulsivo, hostilidad, fobias, e ideaciones paranoides manifiestan
sentirse más cómodos y más relajados cuando están solos, aislados de familiares
y conocidos, distanciándose del mundo. Estos mismos sujetos reaccionan haciendo
uso de varios "Mecanismos de Defensa del Yo", como el de la
'Disociación' y la 'Negación', cuando enfrentan los problemas fuera de las
sesiones de relajación.
Síntomas o características del cuadro
clínico:
- Ansiedad y
preocupación excesivas (expectación aprensiva) sobre una amplia gama de
acontecimientos o actividades (como el rendimiento laboral o escolar), que
se prolongan más de 6 meses.
- Al individuo le resulta
difícil controlar este estado de constante preocupación.
- La ansiedad y preocupación
se asocian a tres (o más) de los seis síntomas siguientes (algunos de los
cuales han persistido más de 6 meses). Nota: En los niños sólo
se requiere uno de estos síntomas:
1. inquietud o impaciencia
2. fatigabilidad fácil
3. dificultad para concentrarse o tener la
mente en blanco
4. irritabilidad
5. tensión muscular
6. alteraciones del sueño (dificultad para
conciliar o mantener el sueño, o sensación al despertarse de sueño no
reparador)
- El centro de la ansiedad y de la
preocupación no se limita a los síntomas de un trastorno; por ejemplo, la
ansiedad o preocupación no hacen referencia a la posibilidad de presentar
una crisis de angustia (como en el trastorno de angustia), pasarlo mal en
público (como en la fobia social), contraer una enfermedad (como en el
trastorno obsesivo-compulsivo), estar lejos de casa o de los seres queridos
(como en el trastorno de ansiedad por separación), engordar (como en la
anorexia nerviosa), tener quejas de múltiples síntomas físicos (como en el
trastorno de somatización) o padecer una enfermedad grave (como en la
hipocondría), y la ansiedad y la preocupación no aparecen exclusivamente
en el transcurso de un trastorno por estrés postraumático..
- La ansiedad, la preocupación o los
síntomas físicos provocan malestar clínicamente significativo o deterioro
social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del
individuo.
- Estas alteraciones no se deben a los
efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., drogas, fármacos)
o a una enfermedad médica (p. ej., hipertiroidismo) y no aparecen
exclusivamente en el transcurso de un trastorno del estado de ánimo, un
trastorno psicótico o un trastorno generalizado del desarrollo.
Trastornos de Estado de Animo
Trastornos del Estado de Animo es la
sexta categoría general que utiliza el DSM-IV TR para clasificar los trastornos
mentales. La Depresión Mayor, es una enfermedad mental grave caracterizada por
la alteración del estado de ánimo acompañada de otros síntomas. Esto
explica el que el Trastorno Depresivo Mayor Unico y Recidivante estén
identificados dentro del DSM-IV bajo la categoría mayor 'Trastornos del Estado
de Animo'. La única diferencia entre ambos trastornos es cuestión de
incidencia.
- Trastorno Depresivo Mayor Unico (DSM-IV
sección 296.2) - Se
caracteriza por un episodio único depresivo mayor.
- Trastorno Depresivo Mayor Recidivante (DSM-IV
sección 296.3) - Se
caracteriza por la presencia de dos o más episodios depresivos mayores.
Para ser considerados episodios separados, tiene que haber un intérvalo
entre ambos de al menos 2 meses seguidos en los que no se cumplen los
criterios para un episodio depresivo mayor.
Según la
doctora en psiquiatría Liliana Miranda, cuando existen cinco o más de los síntomas que
citamos a continuación durante más de dos semanas, o si cualquiera de estos
problemas interfiere con la vida diaria, es necesario plantearle el problema al
médico que será quien establezca el diagnóstico de depresión e
iniciará el tratamiento que mejor se adapte a cada caso.
o
Estado de
ánimo triste, melancólico o llanto frecuente.
o
Cambios
repentinos en el apetito o en el peso.
o
Problemas
con el sueño (dormir mucho o poco).
o
Irritabilidad,
ansiedad, inquietud o mal humor.
o
Pérdida de
energía.
o
Sensación de
culpa o baja autoestima.
o
Dificultad
para concentrase o indecisión.
o
Incapacidad
para disfrutar de las cosas y rechazo al contacto social.
o
Pensamientos
repetidos de muerte o suicidio.
Cualquiera
de nosotros experimenta a lo largo de la vida algunos momentos de tristeza,
ansiedad o baja autoestima, problemas que son bien diferentes a una Depresión
Mayor porque esta causa serios problemas de pensamiento, comportamineto, estado
anímico y actividades en la persona. Más de la mitad de las personas que sufren
depresión seguirán teniendo episodios hasta una o dos veces al año, si no
reciben tratamiento. Sin tratamiento, una persona con depresión puede llegar
al suicidio.
Se sabe que
en los sujetos deprimidos existe una alteración de algunos neurotransmisores
cerebrales. Estos son las sustancias químicas que las neuronas utilizan para
comunicarse entre sí y son fundamentales para el correcto funcionamiento del
sistema nervioso. A su vez este desbalance químico que lleva a la Depresión
Mayor puede ser precipitado por algún estrés severo que este afectando a la
persona, como por ejemplo haber sufrido de experiencias maltratantes y
traumáticas, dentro y fuera de un grupo sectario, abuso sexual, humillaciones
severas y continuas, o un divorcio, como producto de adicción a drogas o
alcohol, o debido a la pérdida de algún ser querido.
El peligro
al cual se enfrentan las personas que caen presas dentro de una secta incluye
también las consecuencias a las que se exponen al dejar la misma. El miembro
que logra dejar una secta destructiva, puede experimentar nuevamente cierto
grado de depresión, aislamiento, sentimientos de culpa y temor. Estos
sentimineto podrían ser algo pasajero, pero en algunos casos se pueden
convertir en un Desorden de Depresión Mayor.
Aunque la
Depresión Mayor puede ser una enfermedad devastadora, por lo general responde
muy bien al tratamiento. Hay muchos tratamientos disponibles, pero el más
adecuado depende de cada persona y de la severidad de la enfermedad. La meta al
tratar una Depresión Mayor es que la persona pueda reanudar sus actividades
diarias normales y sentirse bien nuevamente.
Existen tres
tratamientos básicos para la Depresión Mayor:
1. Medicamentos - Algunos de los medicamentos más
utilizados, que tienen como función regenerar las funciones de los
neurotransmisores en el cerebro, son: Prozac (fluoxetine), Paxil (paroxetine),
Zoloft (sertraline), Lexapro (escitalopram), Celexa (citalopram), Effexor (venlafaxine),
Wellbutrin (bupropion), Cymbalta (duloxetine) y Remeron (mirtazapine).
2. Psicoterapia (individual o de grupo) - Este
tipo de tratamiento ayuda a cambiar los pensamientos y comportaminetos
negativos que se observan en un estado depresivo, a través de reuniones
semanales con un profesional de la salud mental. Se puede utilizar en
combinación con medicamentos o sola, para casos de Depresión Mayor más leves o
moderados. Sin embargo, en caso de una Depresión Mayor Severa la persona tiende
a responder mejor a una combinación de medicamentos y psicoterapia.
3. Terapia Electro-Convulsiva (ECT) - Este tipo de
tratamineto se utiliza para casos más severos donde la persona necesita
tratamiento inmediato o no ha respondido a tratamiento con medicamento ,
psicoterapia o la combinación de ambos.
Si cree que
usted o algún familiar pudiera estar pasando por una Depresión Mayor, no deje
de visitar a su médico o algún especialista en salud mental lo más pronto
posible. La Depresión Mayor tiene cura.
Trastornos de la Personalidad
F60.7 Trastorno de la Personalidad por
Dependencia (DSM-IV-TR sección 301.6) -
El DSM-IV TR lo clasifica dentro de la decimosexta categoría general de
'Trastornos de la Personalidad'. Se caracteriza por una necesidad general
y excesiva de que se ocupen de uno, que ocasiona un comportamiento de sumisión
y adhesión y temores de separación, que empieza al inicio de la edad adulta y
se da en varios contextos (En el caso de las sectas, este comportamiento es
inducido y desarrollado por los adeptos, dentro del cual los demas son los
adeptos activos dentro de la secta), como lo indican cinco (o más) de los
siguientes ítems:
- Tiene dificultades
para tomar las decisiones cotidianas si no cuenta con un excesivo
aconsejamiento y reafirmación por parte de los demás (los demás pertenecen
al grupo sectario).
- Necesidad de que
otros asuman la responsabilidad en las principales parcelas de su vida
(Necesitan obedecer lo establecido).
- Tiene dificultades
para expresar el desacuerdo con los demás debido al temor a la pérdida de
apoyo o aprobación. Nota: No se incluyen los temores o la retribución
realistas.
- Tiene dificultades
para iniciar proyectos o para hacer las cosas a su manera (debido a la
falta de confianza en su propio juicio o en sus capacidades más que a una
falta de motivación o de energía).
- Va demasiado lejos
llevado por su deseo de lograr protección y apoyo de los demás, hasta el
punto de presentarse voluntario para realizar tareas desagradables.
- Se siente incómodo
o desamparado cuando está solo debido a sus temores exagerados a ser
incapaz de cuidar de sí mismo (Temen ser abandonados y quedarse solos si
son expulsados; sienten miedo del mundo fuera de la protección sectaria).
- Cuando termina una
relación importante, busca urgentemente otra relación que le proporcione
el cuidado y el apoyo que necesita (Algunos que abandonan la secta caen en
otra que esté en armonía con sus creencias, buscando dirección).
- Está preocupado de
forma no realista por el miedo a que le abandonen y tenga que cuidar de sí
mismo (Depositan toda seguridad de vida en acatarse a las directrices de
sus líderes y sienten temor a no ser tomados en cuenta y abandonados).
* Nota: El
adepto que entra en una secta va desarrollando estos criterios mencionados como
producto de la presión social y del temor hacia la desaprobación del líder.
Siente miedo a quedarse solo y un temor inducido a futuras desgracias, miserias
y condenas. Desarrolla una personalidad con alta depencia hacia el líder, quien
asume mayor poder según la medida en que más cantidad de seguidores respaldan
la finalidad de la secta. El adepto se aisla para poder incorporarse de lleno
en la secta, en búsqueda de aprobación y estima social. Cae bajo la merced del
control del grupo y del líder, en respuesta a su necesidad de estima de parte
de todos los miembros de la secta.
Existe una
diferencia entre los trastornos de personalidad generados durante la estancia
en un grupo sectario y las alteraciones observadas cuando los adeptos abandonan
la secta.
Las
repercusiones psicológicas en los ex-adeptos se distinguen según los síntomas
observados. Una de las repercusiones es el conflicto que experimenta el
ex-adepto cuando deja el grupo y vuelve a la sociedad normal, se da lo que se
conoce como 'shock cultural' (la reacción mayoritaria). El ex-adepto
experimenta gran ansiedad al tratar de reconciliar las teorías que había
aprendido en el grupo con la demanda y los valores de tres períodos: el pasado
anterior al grupo, el tiempo transcurrido con el grupo y la situación actual.
En cuanto a
los trastornos “post-grupo” - Se
incluye lo que denominan 'reacción mayoritaria', que viene determinada por el
estado anímico y mental en el que se encuentran habitualmente los ex-adeptos
cuando dejan los grupos. El ex-adepto experimenta diversos estados emocionales
debido a que se siente desidentificado y extraño con el mundo externo a la
secta, como si fuese un inmigrante que acaba de llegar a otro país. Es un
proceso de adaptación a una vida autónoma e independiente, sin el grupo, le
resulta especialmente dolorosa.
Algunas
personas logran abandonar un grupo sectario después de un período de
pertenencia, que puede variar de meses a muchos años, bien sea por la aparición
de dudas, cansancio o contradicciones, bien mediante un soporte terapéutico
externo o bien porque se dé la expulsión por parte del mismo grupo. En este
período el adepto puede experimentar sentimientos de insatisfacción, engaño,
frustración y vacío debido a que ha descubierto que era falso el grupo que
anteriormente le había planteado una visión diferente de la verdad o realidad,
y aunque se siente engañado, se halla carente de valores y de referentes.
En algunos
casos, algunas personas podrían experimentar un cambio de intereses sin mayores
consecuencias y sin que el abandono suponga un proceso traumático. Igualmente,
este período puede tener duraciones muy variables que vayan de días a semanas e
incluso meses. Todo dependerá del modo en que se produzca el abandono y
especialmente del soporte externo, a parte de la propia personalidad del
individuo. El soporte externo y de los familiares es sumamente importante, ya
que forman un amplio abanico de perfiles socio-económicos y culturales. El
proceso de desprendimiento del grupo es conflictivo, doloroso, angustioso y
frustrante, especialmente por los cambios que van apreciando en el ex-adepto y
la percepción, recepción y comprensión de los familiares. El ex-adepto se ve en
la necesidad de tratar de resolver todos sus problemas en la forma en que lo
había podido hacer en otras circunstancias.
Trastorno por
Estres Postraumatico
Trastorno por estrés postraumático (DSM-IV
sección 309.81)- Trastorno que surge como respuesta tardía o diferida a un
acontecimiento estresante o a una situación (breve o duradera) de naturaleza
excepcionalmente amenazante o catastrófica, que causarían por sí mismos
malestar generalizado en casi todo el mundo (por ejemplo, catástrofes naturales
o producidas por el hombre, combates, accidentes graves, el ser testigo de la
muerte violenta de alguien, el ser víctima de tortura, terrorismo, de una
violación o de otro crimen).
Las
características típicas del trastorno de estrés post-traumático son: episodios
reiterados de volver a vivenciar el trauma en forma de reviviscencias o sueños
que tienen lugar sobre un fondo persistente de una sensación de
"entumecimiento" y embotamiento emocional, de despego de los demás,
de falta de capacidad de respuesta al medio, de anhedonia y de evitación de
actividades y situaciones evocadoras del trauma. Suelen temerse, e incluso
evitarse, las situaciones que recuerdan o sugieren el trauma. En raras
ocasiones pueden presentarse estallidos dramáticos y agudos de miedo, pánico o
agresividad, desencadenados por estímulos que evocan un repentino recuerdo, una
actualización del trauma o de la reacción original frente a él o ambos a la
vez.
Según el
DSM-IV, sección 309.81, se diagnostica el trastorno cuando:
- La persona ha
estado expuesta a un acontecimiento traumático donde:
- La persona ha
experimentado, presenciado o le han explicado uno (o más) acontecimientos
caracterizados por muertes o amenazas para su integridad física o la de
los demás
- La persona ha
respondido con un temor, una desesperanza o un horror intensos. Nota: En
los niños estas respuestas pueden expresarse en comportamientos
desestructurados o agitados.
- El acontecimiento
traumático es reexperimentado persistentemente a través de una (o más) de
las siguientes formas:
- Recuerdos del
acontecimiento recurrentes e intrusos que provocan malestar y en los que
se incluyen imágenes, pensamientos o percepciones. Nota: En los niños
pequeños esto puede expresarse en juegos repetitivos donde aparecen temas
o aspectos característicos del trauma
- Sueños de carácter
recurrente sobre el acontecimiento, que producen malestar. Nota: En los
niños puede haber sueños terroríficos de contenido irreconocible.
- El individuo actúa
o tiene la sensación de que el acontecimiento traumático está ocurriendo
(se incluye la sensación de estar reviviendo la experiencia, ilusiones,
alucinaciones y episodios disociativos de flashback, incluso los que
aparecen al despertarse o al intoxicarse). Nota: Los niños pequeños
pueden reescenificar el acontecimiento traumático específico.
- Malestar
psicológico intenso al exponerse a estímulos internos o externos que
simbolizan o recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático
- Respuestas
fisiológicas al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan
o recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático.
- Evitación
persistente de estímulos asociados al trauma y embotamiento de la
reactividad general del individuo (ausente antes del trauma), tal y como
indican tres (o más) de los siguientes síntomas:
- Esfuerzos para
evitar pensamientos, sentimientos o conversaciones sobre el suceso
traumático
- Esfuerzos para
evitar actividades, lugares o personas que motivan recuerdos del trauma.
- Incapacidad para
recordar un aspecto importante del trauma
- Reducción acusada
del interés o la participación en actividades significativas
- Sensación de
desapego o enajenación frente a los demás
- Restricción de la
vida afectiva (p. ej., incapacidad para tener sentimientos de amor)
- Sensación de un
futuro desolador (p. ej., no espera obtener un empleo, casarse, formar
una familia o, en definitiva, llevar una vida normal).
- Síntomas
persistentes de aumento de la activación (arousal) (ausente antes del
trauma), tal y como indican dos (o más) de los siguientes síntomas:
- Dificultades para
conciliar o mantener el sueño
- Irritabilidad o
ataques de ira
- Dificultades para
concentrarse
- Hipervigilancia
- Respuestas
exageradas de sobresalto.
- Estas alteraciones
(síntomas de los Criterios B, C y D) se prolongan más de 1 mes.
- Estas alteraciones
provocan malestar clínico significativo o deterioro social, laboral o de
otras áreas importantes de la actividad del individuo. Especificar si:
Agudo: si los síntomas duran menos de 3 meses, o Crónico: si los síntomas
duran 3 meses o más. Especificar si: De inicio demorado: entre el
acontecimiento traumático y el inicio de los síntomas han pasado como
mínimo 6 meses.
Según Jansa, el trastorno está determinado por cinco características (Jansa,
1993):
1. La persona ha vivido una experiencia
que supera los límites de las experiencias humanas habituales y que sería
marcadamente distresante para todo el mundo.
2. El evento traumático es experimentado
persistentemente de varias formas como sueños, "flashbacks"...
3. Evitación persistente de los estímulos
asociados al trauma o a un enturbiamiento general de la consciencia.
4. Síntomas persistentes de incremento de
excitación incluyendo al menos dos de los siguientes; dificultades en el sueño,
irritabilidad, dificultad de concentración, hipervigilancia, exageradas
respuestas de alarma, reactividad fisiológica hacia los eventos que se parecen
o simbolizan el trauma
5. Duración de al menos un mes
PSICOSIS REACTIVA ESQUIZOAFECTIVA-
Psicosis reactiva esquizoafectiva- El término
esquizoafectivo fue utilizado por primera vez en el 1933, por Jacob Kasanin,
para referirse a un grupo de 9 pacientes jóvenes con síntomas afectivos y
esquizofrénicos que no cumplían con los criterios enunciados por Kraepelin para
"Dementia Praecox" o con los criterios de enfermedad
maníaco-depresiva. El concepto de psicosisesquizoafectiva combina
características esquizofrénicas y maníaco-depresivas. Es una alteración
psicopatológica que viene determinada por la aparición de episodios psicóticos,
de rápido inicio y duración variable, de pocas semanas a meses de duración,
pudiendo llegar a un año o más. Aparece en personas sin una historia previa
personal ni familiar de transtornos mentales o en personas que tienen
familiares que han presentado alteraciones previas. La persona mezcla síntomas
esquizofrénicos y afectivos, y desarrolla una grave distorsión de la percepción
del mundo exterior, y comienza a experimentar la presencia de “impresiones
sensoriales falsas”. El trastorno recuerda los cuadros clínicos maníacos o
depresivos con delirios o estados mixtos. Por ejemplo, en el área afectiva
con Psicosis de angustia-felicidad, en el pensamiento con Psicosis
confusional excitada-inhibida. Son trastornos psicóticos agudos y
transitorios. Las características maníacas o depresivas del trastorno están
entremezcladas con características esquizofrénicas.
Existen diferentes tipos de trastornos esquizoafectivos:
o
Trastorno
esquizoafectivo de tipo maníaco
o
Trastorno
esquizoafectivo de tipo depresivo
o
Trastorno
esquizoafectivo de tipo mixto
o
Otros
trastorno esquizoafectivos
o
Trastorno
esquizoafectivo sin especificación
Estos
pacientes se recuperan por completo del cuadro psicótico en pocas semanas,
tendiendo a desaparecer, con una buena recuperación, ajuste social y sin
defecto permanente; sin embargo, con posibilidades de recaída.
Reacciones Varias o Misceláneas
Reacciones Varias o Misceláneas (Jansa,
1993) - Incluyen déficits cognoscitivos como dificultades de concentración,
incapacidad para mantener la atención, déficits de memoria (sobre todo la
memoria a corto plazo), automutilaciones, fobias, suicidio y homicidio; y
factores psicológicos con consecuencias orgánicas, como infartos de miocardio,
angor, muertes subitas, úlceras pépticas recurrentes, asma etc.
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