Breves Confesiones de un Salvador
...Sentí a los santos
varones y mujeres de la Iglesia, revolcarse entre sus tumbas. Pero no tuve
miedo. Sentí la Ira del Dios Altísimo manifestarse justo en mis
espaldas, La vi fijamente y no me convertí en estatua de sal. Era bella esa
Ira, porque traía justicia y al final amor. Pero no tuve miedo. Sentí a los
santos coros angelicales cantar una canción feliz y alegre que me decía:
“Así lo has proclamado: Infierno infeliz, por siempre
imposible". Pero no tuve miedo. Sentía a los falsos ministros del Altísimo
atacarme feroz y constantemente: Pero no tuve miedo. Entré por las
Puertas del Cielo, vi la Nueva Jerusalén, la ciudad santa: (Toqué el oro de sus
calles) y me deleité contemplando la Paz y Su Trono. Ya Jerusalén no mataba más
a sus profetas. No tuve miedo. Sentía que los Abismos me tragaban, Pero he
allí: No tuve miedo alguno. Manadas de Querubines, Serafines y Arcángeles me
defendían para que ello no sucediera. Todos me decían: “No
tengas miedo, te defenderemos”... Se oían truenos, gemidos, quejidos
inescrutables, saciedad, horror, risas, esquizofrenia espiritual, manicomio,
locura, poder, triunfo no apresurado, espada y sangre, defensa, derrota,
excremento, dragones horrendos y un futuro hermoso,
perfecto y eterno para todos. Universo colosal. Si es así Señor, no
tengo problema en beber la copa del aturdimiento hasta el final, tomándola con
mis propias manos; pero quítame el miedo... Ese es el arma de las siervas y
siervos de Satán, de sus hijos legítimos, que él adquirió con sus engaños.
Libérame, Oh, Señor de las cadenas y cerrojos de la vida y de la
muerte en este mundo, y llévame junto a ti al lugar donde no hay sombras.
Escuché la Paz, la alegría, armonía perfecta, descanso eterno, fiesta de bodas,
millones de millones de criaturas delante de su Creador. Todos
celebran en una fiesta que no termina jamás, no más llanto ni dolor. Los santos
varones y mujeres de la Iglesia siguen revolcándose en sus tumbas porque ya
quieren salir de éstas. Poco a poco resucitan cada vez más. Ellos no
tienen ningún miedo...