Crónica “sin juicio”…
Un
día Juan Bernardo se despierta, se levanta y es muy temprano, aún está oscuro el
cielo… cuando amanece sale a las calles, se siente libre, hay algo diferente en
el ambiente, una sensación más que placentera que llega al Alma… Pasa por
enfrente de una Galería de arte y se queda viendo un cuadro y se introduce
dentro de éste atravesando el cristal de la tienda… y una vez allí dentro se
acostó a dormir dentro del cuadro y dormido escuchó lo siguiente:
El
Amado, el Señor… el Eterno… me invitó a su “jardín secreto”… Cuando entré allí sentí
como un baño de purificación y regocijo. Con mis vestidos limpios de toda mancha…
comencé a recorrer el lugar.
Todos
veían este extraño y nuevo visitante, al fondo del jardín se divisaba un gran
fulgor, un brillo muy intenso… Me fui acercando sigilosa y cautelosamente, pero
sin ningún miedo… daba un paso firme y otro, mientras una fuerza me iba
poseyendo… entre los árboles, comiendo algún fruto bueno… y una mujer muy
bonita me regaló una joya “en forma de jabalina”, sin mediar palabra alguna… Yo
le di un beso y fuimos muy felices… parecía que nos conocíamos de todas las encarnaciones posibles. Había niños y
adolescentes… Y ella sólo dijo: “no lo interrumpan que vino a conocer al Rey…”
No
era tan fácil llegar al final del jardín… había gente de todos colores…
queriendo ver al Rey… en su jardín privado… me bañé en un lago cercano y
desnudo me fui abriendo paso entre la multitud… mientras más cerca estaba, rejuvenecía y me sentía mejor… Una sustancia dentro de mi Alma comenzaba a
expandirse… quería ver al Rey “cara a cara” pero mientras más caminaba más
largo se me hacía el camino y aparecía más y más gente…
Habían
pasado varios años en esta espera caminante… hasta que se me dijo al oído: “podrás
verlo veladamente, porque su Presencia es demasiado imponente para cualquiera… No digas nada al Rey… solamente deja que las
cosas sucedan…"
Al
fin y de repente llegué al Lugar de mi destino, y todos estaban embelesados
ante un Trono vacío… una mujer daba a luz a los pies del Trono, era mi
madre que me daba a luz a mí mismo y
cuando salí del vientre me colocaron en mis propios brazos… y no sabía qué
hacer… y otra mujer se llevó a “yo” bebé… Pero nunca pude ver al Rey porque era
incorpóreo… como transparente…
Al
final Juan Bernardo despierta… y está en el velatorio de su madre… están cerrando
el sarcófago… alguien le habla y lo entretiene… y sólo ve a las mujeres
desesperadas llorando, como si no tuvieran esperanza… y una música larga y muy
suave hace que Juan Bernardo se quede dormido hasta que vuelve al polvo…! Y su
Alma es elevada y asciende… y todo vuelve a comenzar…